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lunes, 13 de abril de 2015

27. Conociendo los alrededores, Myanmar, Bután o Birmania

Pagoda Shwezigon en Bagan

Nunca me imaginé que algún día tendría la oportunidad de conocer Birmania o Myanmar, como se llama actualmente. Lo único que sabía era que se trataba de un país muy lejano, y por el trabajo que yo antes hacía, sabía que allí había muchas víctimas de minas antipersonales.
Colombia ocupa tristemente uno de los primeros lugares en esa estadística, pero nos habían dicho que en Myanmar, país en ese entonces gobernado por una dictadura militar, no se sabía exactamente cuántas víctimas había y al parecer eran muchísimas. Aparte de eso nunca me interesé por saber más sobre ese remoto país, así que decidí que antes de ir era necesario estudiar su historia para poder aprovechar mejor el paseo.
Myanmar también fue parte del Imperio Británico en el siglo XIX y durante la segunda guerra mundial fue invadido por los japoneses, pero finalmente se convirtió en un país independiente en 1948. En 1962 hubo un golpe de Estado y el país fue gobernado durante cinco décadas por una junta militar con un poder absoluto que tuvo consecuencias nefastas para su desarrollo. 
Es uno de los países más pobres del mundo 
Myanmar es  un país relativamente grande comparado con otros países de la región; tiene una extensión equivalente al Estado de Texas o el 60% de Colombia y posee inmensas riquezas naturales.
Fue alguna vez el mayor exportador de arroz del mundo y el mayor productor de teca. Sin embargo, sufrió la opresión de los ingleses y luego de la independencia, los malos manejos del gobierno dejaron al país en muy mala situación. Durante el gobierno militar, la mayoría de las empresas fueron nacionalizadas, el país cerró completamente sus fronteras al mundo exterior, se eliminó la libertad de prensa y pasó a ser uno de los países más pobres del mundo. 
En esa época, muchos de los estudiantes que se atrevieron a protestar fueron víctimas de las balas del gobierno, y en 1988 la situación económica era tan desastrosa que las protestas se hicieron constantes y miles de personas fueron asesinadas por las fuerzas del Estado.
En ese momento apareció Aung San Suu Kyi (premio Nobel de Paz en 1991), como líder de la oposición para luchar por el restablecimiento de la democracia. Gracias a ella, después de 30 años de dictadura hubo elecciones y su partido obtuvo el 80% de los votos. Sin embargo, la junta militar no le permitió acceder al poder y por el contrario la mantuvo en prisión domiciliaria por 15 años.
El gobierno de ese país incluso cambió el nombre de Burma a Myanmar, la capital fue trasladada a otra parte y la ciudad que antes se llamaba Rangoon se convirtió en Yangon.
En 2007 la situación era completamente insostenible y hasta los monjes Budistas salieron a protestar pero fueron reprimidos de manera violenta por el gobierno.
Finalmente ante la presión internacional, en 2008 hubo un referendo y a partir de ese momento el país comenzó a abrirse de nuevo al mundo pero aún sigue siendo muy pobre y todavía queda mucho camino por recorrer.
Al leer esta historia, todo me pareció muy familiar. Es muy triste ver que a pesar de que los hechos tuvieron resultados nefastos para el país, en otras regiones del mundo los gobernantes se empeñan en repetir las mismas acciones. Para mi fue como si estuviera leyendo la historia de Venezuela y solo espero que no tengan que llegar a ese nivel de miseria y de violencia para que las cosas comiencen a cambiar.
Los edificios completamente dilapidados
De todas formas, tuve la suerte de ir de vacaciones con amigos a ese exótico lugar. Llegamos primero a Yangon en donde nos advirtieron que tuviéramos cuidado con el agua y la comida, pero nosotros le dijimos al guía que no se preocupara pues veníamos de la India y ya sabíamos manejar ese tema. Pero para nuestra gran sorpresa todos nos enfermamos y allí entendimos que realmente estábamos en un país con problemas de higiene aún peores que los de la India.
Aún se puede apreciar el esplendor del pasado
Yangon es una ciudad que debe haber sido muy bella durante la época de los ingleses, pero después de décadas de malos manejos parece que en cualquier momento todo se fuera a derrumbar. Edificios coloniales esplendorosos que están en completo abandono, cortes de luz permanentes y un internet casi inexistente son algunas de las cosas que experimentamos. Es el único país del mundo en donde la mayoría de los carros tienen el timón a la derecha (porque compran carros de segunda japoneses), algunos buses tienen el timón a la izquierda, pero todos manejan por la derecha, así que imagínense el peligro que es andar en carro en Myanmar.
Pero, así como era triste ver una ciudad tan dilapidada, fue increíble el contraste al visitar pagoda de Shwedagon. 

Shwedagon, simplemente espectacular
Es uno de los sitios más hermosos que jamás haya visto y la pagoda más sagrada para los budistas. La estupa, que es como la cúpula, está cubierta en oro y tiene piedras preciosas en la punta y alrededor hay cientos de templos a donde la gente va a meditar. Es un sitio realmente mágico y hasta mis adolescentes que están en la época en la que casi todo los aburre, quedaron completamente descrestados.

Pagoda Shwedagon (en restauración)

Un  sitio perfecto para meditar

Luego fuimos a Inle Lake, un lago que tiene varios pueblitos construidos en su interior, y en donde todavía hay pescadores y artesanos que parecen sacados de otro siglo. 

Mujeres con la cara pintada de blanco

Allí visitamos los mercados y los talleres artesanales y aprendimos que la pintura blanca que se echan las mujeres en la cara es un producto natural que remplaza al maquillaje y el bloqueador solar. 
Yo compré un poco para ensayar, pero al final me arrepentí y decidí quedarme con el maquillaje tradicional…
Trabajo artesanal

Luego fuimos a Bagan, una pequeña ciudad en la que entre los siglos XI y XIII se construyeron miles de templos y pagodas budistas. Sin embargo, el imperio de Bagan colapsó con la invasión de los mongoles en el siglo XIV. La ciudad fue abandonada y desafortunadamente, los templos fueron víctimas de la erosión, de varios terremotos y de restauraciones de dudosa calidad durante el gobierno militar. Sin embargo, aún sobreviven más de 2000 templos que hacen que el lugar sea esplendoroso y comparable con Ankor Wat en Camboya. 


Bagan, más de 2000 templos 


Pagoda Shwesandaw

La diferencia está en que aún hay pocos turistas y es un placer recorrer la zona en bicicleta descubriendo los diferentes santuarios. Claro que el placer no podía ser tan grande porque con cuatro adolescentes muertos de hambre la necesidad de encontrar un restaurante primaba sobre el atractivo turístico, y sabiendo que no podíamos comer en cualquier parte para no correr el riesgo de enfermarnos, no fue fácil encontrar un sitio en donde almorzar.
Todavía no hay muchos turistas

Sin embargo, es definitivamente un lugar que está entre los primeros de la lista de los sitios turísticos más hermosos  del mundo, y creo que el placer no durará mucho tiempo pues pronto será invadido por turistas.
Por último, después del recorrido arqueológico, histórico y didáctico, decidimos terminar en una playa llamada Ngapali en la costa del golfo de Bengala. Un lugar hermoso, muy poco frecuentado pues no llegan aún vuelos internacionales, pero con buenos hoteles y playas maravillosas. 


Ngapali, una playa espectacular
Ahí pudimos finalmente disfrutar de comida de mar deliciosa pero desafortunadamente, y como ocurre en todo el país, aún no están preparados para atender a los turistas. Muy pocas personas hablan inglés y a pesar de que la gente es sonriente y amable, los platos se demoraban horas en llegar. Allá si estuvimos completamente desconectados del mundo pues nada de internet, bancos o tarjetas de crédito. El único medio de pago era dólares, pero los billetes tenían que ser nuevos así que en un momento dado nos vimos en apuros de dinero pues llevábamos billetes “usados”. Eso sí los billetes de la moneda local parecían las vueltas de un bus intermunicipal en Colombia.

De regreso a la India todo me pareció moderno y civilizado, y es así como finalmente uno se da cuenta de que todo es relativo en este mundo… 

Si quieren aprender un poco más sobre la historia de Myanmar les recomiendo la película "The Lady" sobre la vida de Aung San Suu Kyi y un libro llamado "From The Land of Green Ghosts: A Burmese Odyssey" por Pascal Khoo Thwe.