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martes, 29 de septiembre de 2015

29. Khajuraho y sus esculturas eróticas


Tenía mi Blog un poco abandonado, pero aquí estoy de nuevo para contarles la historia de nuestro viaje a Khajuraho, un lugar situado a 620 kilómetros al sureste de Delhi, en donde se encuentran unos templos adornados con esculturas hermosísimas, algunas de las cuales son como una representación en tercera dimensión del Kamasutra.
Templos en medio de un hermoso parque
Fuimos allá con nuestros hijos y con mi suegro y su compañera. Gaetan les comentó a sus colegas indios acerca de su viaje y le dijeron que ellos se sentirían muy incómodos si tuvieran que admirar ese tipo de arte en familia. ¡Definitivamente nos separan diferencias culturales muy grandes con los indios! De todas formas ese fue nuestro destino después de haber visitado Varanasi, que como les conté, fue una experiencia que lo deja a uno exhausto y con ganas de pasar unos días tranquilos rodeados de naturaleza. Y nos recomendaron un parque natural pero no sin antes pasar por Khajuraho, pues se trata de un sitio catalogado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Tempos decorados con pequeñas
esculturas
Khajuraho fue la capital religiosa de la dinastía Chandela que gobernó esa región de la India entre los siglos IX y XIII y los templos datan del siglo X. Hoy en día solo se conserva la cuarta parte de los templos originales, pero están en muy buen estado y dentro de un gran parque con jardines hermosos. Es bastante extraño que estos templos hayan sobrevivido porque cuando los musulmanes llegaron a la India en el siglo XIV, arrasaron con la mayoría de los templos hinduistas. Al parecer, afortunadamente éstos se encontraban en una zona poco poblada y de poco interés para los invasores, así que permanecieron abandonados en medio de la vegetación por muchos años hasta ser descubiertos por un inglés a principios del siglo XIX.
Escenas de la vida cotidiana
Existen cuatro grupos de templos dedicados a diferentes dioses y todos están decorados con esculturas que en su mayoría representan la vida cotidiana de la corte en esa época y tan solo el 10% son consideradas como arte erótico, pero claro está, son muy famosas. Y la verdad es que aparte de esa particularidad, que no podemos negar que es curiosa y llamativa, lo más interesante de todo es el nivel de detalle de todas las figuras. 
Se trata de pequeñas esculturas en las que es posible admirar mujeres maquillándose o pintándose las uñas, y ver hasta los más mínimos rasgos de sus expresiones.
No se sabe a ciencia cual fue la razón por la cual los templos se decoraron también con motivos eróticos y hay varias teorías, pero al parecer se debe a la creencia de que las representaciones eróticas eran de buen augurio pues simbolizan la creación de una nueva vida y, además, de todas formas, la sexualidad hace parte de la vida cotidiana que es en el fondo el tema general de la decoración de los templos.
¿Tal vez aprendieron sobre los dioses y algo más?

En realidad, aparte de ese detalle digamos “picante” el sitio es esplendoroso. Se respira una calma total en medio de un hermoso parque y se aprende sobre la vida de algunos de los 33 millones de dioses que veneran los hindúes. No es mucho, pero algo es algo, aunque no puedo negar que ya se me confundieron todos los nombres.
Al final de la visita se encuentra un templo que me llamó mucho la atención, a pesar de que en realidad no pertenece a los originales pues data del siglo XIX, pero tiene un gran simbolismo. Sus tres domos evocan las tres religiones predominantes en la India: hindú, budista y musulmana. Ojalá esa combinación se pudiera mantener así en paz en todos los lugares del mundo.

Tres religiones en un solo monumento
¿Qué hace el elefante?
Después de esa visita nos fuimos hacia un parque natural llamado Panna Tiger Reserve. Allá estuvimos disfrutando de la naturaleza con paseos en jeep tratando de observar diferentes animales y sobre todo un tigre. No lo vimos, pero tuvimos la suerte de ver un leopardo, aunque bastante lejos, y por tanto ni siquiera salió en la foto. Pero no importó porque el solo hecho de disfrutar de la calma y el aire puro, era ya suficiente para nosotros.
Después de ese viaje, llegó nuevamente el verano y nuestra huida del calor, pero henos aquí de nuevo por dos años más. 
No puedo negar que el regreso esta vez fue más difícil. Siempre me he sentido muy afortunada de poder vivir esta aventura a la que trato de sacarle el mayor provecho, pero a pesar de ya estar curtida en lidiar la vida aquí, todavía hay muchas cosas a las que no me acostumbro.

Panna Tiger Reserve (aunque no vimos ningún tigre...)

Cosas como el calor agobiante, que aún a finales de septiembre alcanza los 37 grados en el día; las enfermedades tropicales que, aunque también las tenemos en Colombia, aquí son endémicas y afectan a todos por igual; la polución que ahora es considerada como la más alta del mundo; y la falta de supermercados y la suciedad son, entre otros, aspectos que hacen que la vida en la India sea un desafío permanente. Y para rematar, el hecho de haber  dejado a Thomas en la Universidad nos dejó un gran vacío y la distancia hace que hasta la comunicación sea difícil.

Disfrutando de la naturaleza en un río limpio

Yo trato de mantenerme siempre muy ocupada para así olvidarme de los desafíos y supongo que algunos preguntarán a qué me dedico yo aquí, pues con un ejército de empleados pareciera que no hay nada que hacer. Pues si, ahora hay 6 personas que trabajan en mi casa pero solo una de ellas a tiempo completo y los demás a tiempo parcial porque aquí el que cocina no lava y así sucesivamente, y entonces es necesario distribuir las tareas por separado.
Así que evaluando hacia atrás me doy cuenta de que he aprendido muchísimo, pues por un lado está la pequeña y mediana empresa en la que se ha convertido mi hogar con una organización detallada de funciones y tiempos, lidiando con conflictos de intereses y problemas de comunicación debido al idioma; y por otro lado está la experiencia que he adquirido manejando asuntos a larga distancia, tales como llamar a la DIAN (departamento de impuestos) a las 2 de la mañana y convencerlos de que me atiendan rápido porque estoy en la India o contactar a un plomero en Bogotá y explicarle lo que tiene que hacer, y que no, no es posible que me devuelva la llamada.


De manera que no me puedo quejar y por el contrario creo que ahora estoy preparada para enfrentar muchas más cosas cuando esto se acabe, y ya mis dos hijos se hayan ido y yo regrese a vivir en un país en el que me den permiso de trabajo.

domingo, 7 de junio de 2015

28. Varanasi, la ciudad sagrada del hinduismo

Varanasi, a la orilla del río Ganges
Varanasi o Benarés como se llamaba hasta hace algunos años esa ciudad, es un destino obligado para todas las personas que visitan la India. Nosotros después de más de 2 años aquí, no nos habíamos atrevido a ir pues los testimonios de las personas que habían ido eran bastante contradictorios. Algunos regresan hablando maravillas de la ciudad y la consideran algo entre exótico y místico, pero a otros les parece que el impacto que produce es demasiado fuerte y no vale la pena visitarla. De todas formas, es un lugar famoso y ya estando aquí decidimos que debíamos ir.
Cremaciones a la orilla del río
Varanasi es considerada como la “capital espiritual” de la India y para los hindúes es el principal lugar de peregrinación.
Estuve tratando de averiguar la razón por la cual Varanasi es tan importante para ellos, y como todo lo relacionado con la religión hindú, encontré varias respuestas diferentes; por un lado hay una leyenda según la cual la ciudad fue fundada por Shiva que es uno de los dioses más importantes de esa religión; también se dice que una de las cuatro cabezas de Brahma pudo descansar cuando llegó a Varanasi (otro de los dioses importantes entre los 330 millones, o son 33 millones? siempre me dicen algo diferente); y por último, los hindúes creen que las aguas del río Ganges son tan puras que limpian todos los pecados cometidos en esta vida y en las anteriores. Esta última parece ser la razón principal y no solo la gente viene a limpiarse en el río sino que también consideran que si mueran en Varanasi pueden acabar con el ciclo de las reencarnaciones y su alma descansará para siempre.
Lavándose en el agua "pura" del Ganges
Deben pensar que soy aburrida con todas estas explicaciones, pero ya verán por qué es necesario saber esto para tratar de entender esta ciudad. De lo contrario, uno llega a Varanasi y al ver lo que ocurre puede pensar que la gente se enloqueció completamente, o como lo describió mi suegra con una palabra muy adecuada: lo que se ve en Varanasi es “improbable”, pues es como devolverse en el tiempo y presenciar una escena que solo sería factible en la edad media.
El agua del Ganges es una de las más contaminadas del mundo
Varanasi queda a 800 km al Suroriente de Delhi y está a la orilla del Ganges. Ese río, cuando pasa por Varanasi ya ha recibido miles de millones de litros de agua no tratada, sin contar los desechos de las industrias, los cadáveres humanos y de animales, y todo tipo de basura. 
Según la Organización Mundial de la Salud, la cantidad de químicos, toxinas y bacterias que se encuentran en el agua del río es 3000 veces superior al límite considerado como seguro para la salud. Y es en ese lugar que está Varanasi con sus escalones a la orilla del río denominados Ghats, que le permiten a la gente bajar hasta el agua y hacer sus abluciones.
Ritual denominado Aarti
La verdad es que no nos quedó claro si la gente estaba consciente de que lo único que tal vez conseguirían limpiar eran los pecados, pues vimos hasta personas lavándose los dientes y justo al lado de donde metían los cadáveres antes de cremarlos, también había un lavadero de ropa.
Lavando la ropa al lado del sitio de cremación...
Pero por otro lado es una experiencia única. 
En la noche uno se monta en una lancha (eso sí con mucho cuidado de no ir a tocar el agua…) y desde allí en medio de cientos de lanchas con peregrinos y turistas, puede apreciar el Aarti, que es un ritual en medio de cantos en el que se encienden velas para hacer ofrendas a los dioses.
Los cadáveres se purifican en el río
En la mañana muy temprano, volvimos a tomar una lancha para ver las abluciones y las ceremonias de cremación que se hacen a la orilla del río. Sigue siendo algo único y lleno de mística, pero esta vez el encanto se perdió un poco porque a la luz del día era posible ver el estado asqueroso, por no decirlo de otra manera, del agua del río. 
A pesar de eso, el solo hecho de ver cadáveres envueltos en lienzos, que primero se mojan en el río para purificar el alma, y luego se depositan sobre la pira 
El amanecer a la orilla del Ganges
en la que se hace la cremación, era ya algo asombroso. En total son unas 80 cremaciones diarias en Varanasi a la orilla del río, y luego las cenizas son depositadas en el Ganges. 
Nosotros afortunadamente no vimos cosas extrañas, pero tengo amigos que desde la lancha vieron pedazos de cadáveres flotando en el río tal vez porque la familia no tenía suficiente dinero para comprar la madera necesaria para quemar todo el cuerpo. Porque un cuerpo se demora 3 horas en quemarse y se necesitan unos 350 kilos de madera para consumirlo en su totalidad así que muchas veces no es posible pagar por todo eso.
En los Ghats se vé de todo

Luego caminamos un poco por los Ghats para ver la actividad que se lleva a cabo allí cuando se levanta el sol. Vimos gente bañándose y lavándose los dientes en el río; personas rapándose la cabeza porque la tradición indica que es el hijo mayor de la familia con la cabeza rapada quien debe encender el fuego de la pira; personas ancianas deambulando por ahí esperando poder morir en Varanasi; personas meditando y haciendo yoga; astrólogos y masajistas ofreciendo sus servicios, y todo esto entre vendedores de comida, bebidas y flores.



Además, los animales se pasean libremente dentro de todo este escenario así que todo sucede en medio de vacas, cabras y perros sin contar otro tipo de animales más pequeños…. Al cabo de un rato, el impacto fue demasiado fuerte y decidimos regresar al hotel.
No obstante, parece que el gobierno ha hecho un gran esfuerzo por limpiar los Ghats y en efecto algunos estaban relativamente limpios, pero aún así es difícil acostumbrarse a esas escenas realmente medievales. Y aunque se ven muchos extranjeros con estilo hippie que van a Varanasi en busca de paz y meditación, nunca vimos que ninguno de ellos se metiera al Ganges a bañarse.





Aquí Buda dio su primer sermón
Después tuvimos la oportunidad de visitar a las afueras de la ciudad un sitio llamado Sarnath. 
A pesar de que fue difícil llegar hasta allá porque es necesario atravesar la ciudad de Varanasi en donde el tráfico es imposible y la velocidad máxima que se alcanza es de 5 km/hora (algo parecido a Bogotá…) se trata de un sitio tranquilo en donde está la pagoda que indica el sitio en donde Buda hizo su primer sermón. 

Visita a un pueblito indio
La gente es muy amable
Así que después de la locura de Varanasi nos pareció como un oasis de tranquilidad y pasamos de lo más sagrado del hinduismo a un lugar venerado por los budistas. En la noche visitamos un pueblito típico indio en donde la gente a pesar de las pocas cosas materiales que tiene, es extremadamente amable y generosa. 

Terminamos con una cena típica india, amenizada con cantos y bailes y atendidos por unas 20 personas (aunque solo éramos 5…). Contrastes que solo se ven en la India.



Así fue nuestra visita a Varanasi y ya podemos tachar esa ciudad de la lista de sitios que uno debe visitar entes de morir. Valió la pena, pues como ya lo dije es un sitio único, pero no estoy segura de querer regresar.





lunes, 13 de abril de 2015

27. Conociendo los alrededores, Myanmar, Bután o Birmania

Pagoda Shwezigon en Bagan

Nunca me imaginé que algún día tendría la oportunidad de conocer Birmania o Myanmar, como se llama actualmente. Lo único que sabía era que se trataba de un país muy lejano, y por el trabajo que yo antes hacía, sabía que allí había muchas víctimas de minas antipersonales.
Colombia ocupa tristemente uno de los primeros lugares en esa estadística, pero nos habían dicho que en Myanmar, país en ese entonces gobernado por una dictadura militar, no se sabía exactamente cuántas víctimas había y al parecer eran muchísimas. Aparte de eso nunca me interesé por saber más sobre ese remoto país, así que decidí que antes de ir era necesario estudiar su historia para poder aprovechar mejor el paseo.
Myanmar también fue parte del Imperio Británico en el siglo XIX y durante la segunda guerra mundial fue invadido por los japoneses, pero finalmente se convirtió en un país independiente en 1948. En 1962 hubo un golpe de Estado y el país fue gobernado durante cinco décadas por una junta militar con un poder absoluto que tuvo consecuencias nefastas para su desarrollo. 
Es uno de los países más pobres del mundo 
Myanmar es  un país relativamente grande comparado con otros países de la región; tiene una extensión equivalente al Estado de Texas o el 60% de Colombia y posee inmensas riquezas naturales.
Fue alguna vez el mayor exportador de arroz del mundo y el mayor productor de teca. Sin embargo, sufrió la opresión de los ingleses y luego de la independencia, los malos manejos del gobierno dejaron al país en muy mala situación. Durante el gobierno militar, la mayoría de las empresas fueron nacionalizadas, el país cerró completamente sus fronteras al mundo exterior, se eliminó la libertad de prensa y pasó a ser uno de los países más pobres del mundo. 
En esa época, muchos de los estudiantes que se atrevieron a protestar fueron víctimas de las balas del gobierno, y en 1988 la situación económica era tan desastrosa que las protestas se hicieron constantes y miles de personas fueron asesinadas por las fuerzas del Estado.
En ese momento apareció Aung San Suu Kyi (premio Nobel de Paz en 1991), como líder de la oposición para luchar por el restablecimiento de la democracia. Gracias a ella, después de 30 años de dictadura hubo elecciones y su partido obtuvo el 80% de los votos. Sin embargo, la junta militar no le permitió acceder al poder y por el contrario la mantuvo en prisión domiciliaria por 15 años.
El gobierno de ese país incluso cambió el nombre de Burma a Myanmar, la capital fue trasladada a otra parte y la ciudad que antes se llamaba Rangoon se convirtió en Yangon.
En 2007 la situación era completamente insostenible y hasta los monjes Budistas salieron a protestar pero fueron reprimidos de manera violenta por el gobierno.
Finalmente ante la presión internacional, en 2008 hubo un referendo y a partir de ese momento el país comenzó a abrirse de nuevo al mundo pero aún sigue siendo muy pobre y todavía queda mucho camino por recorrer.
Al leer esta historia, todo me pareció muy familiar. Es muy triste ver que a pesar de que los hechos tuvieron resultados nefastos para el país, en otras regiones del mundo los gobernantes se empeñan en repetir las mismas acciones. Para mi fue como si estuviera leyendo la historia de Venezuela y solo espero que no tengan que llegar a ese nivel de miseria y de violencia para que las cosas comiencen a cambiar.
Los edificios completamente dilapidados
De todas formas, tuve la suerte de ir de vacaciones con amigos a ese exótico lugar. Llegamos primero a Yangon en donde nos advirtieron que tuviéramos cuidado con el agua y la comida, pero nosotros le dijimos al guía que no se preocupara pues veníamos de la India y ya sabíamos manejar ese tema. Pero para nuestra gran sorpresa todos nos enfermamos y allí entendimos que realmente estábamos en un país con problemas de higiene aún peores que los de la India.
Aún se puede apreciar el esplendor del pasado
Yangon es una ciudad que debe haber sido muy bella durante la época de los ingleses, pero después de décadas de malos manejos parece que en cualquier momento todo se fuera a derrumbar. Edificios coloniales esplendorosos que están en completo abandono, cortes de luz permanentes y un internet casi inexistente son algunas de las cosas que experimentamos. Es el único país del mundo en donde la mayoría de los carros tienen el timón a la derecha (porque compran carros de segunda japoneses), algunos buses tienen el timón a la izquierda, pero todos manejan por la derecha, así que imagínense el peligro que es andar en carro en Myanmar.
Pero, así como era triste ver una ciudad tan dilapidada, fue increíble el contraste al visitar pagoda de Shwedagon. 

Shwedagon, simplemente espectacular
Es uno de los sitios más hermosos que jamás haya visto y la pagoda más sagrada para los budistas. La estupa, que es como la cúpula, está cubierta en oro y tiene piedras preciosas en la punta y alrededor hay cientos de templos a donde la gente va a meditar. Es un sitio realmente mágico y hasta mis adolescentes que están en la época en la que casi todo los aburre, quedaron completamente descrestados.

Pagoda Shwedagon (en restauración)

Un  sitio perfecto para meditar

Luego fuimos a Inle Lake, un lago que tiene varios pueblitos construidos en su interior, y en donde todavía hay pescadores y artesanos que parecen sacados de otro siglo. 

Mujeres con la cara pintada de blanco

Allí visitamos los mercados y los talleres artesanales y aprendimos que la pintura blanca que se echan las mujeres en la cara es un producto natural que remplaza al maquillaje y el bloqueador solar. 
Yo compré un poco para ensayar, pero al final me arrepentí y decidí quedarme con el maquillaje tradicional…
Trabajo artesanal

Luego fuimos a Bagan, una pequeña ciudad en la que entre los siglos XI y XIII se construyeron miles de templos y pagodas budistas. Sin embargo, el imperio de Bagan colapsó con la invasión de los mongoles en el siglo XIV. La ciudad fue abandonada y desafortunadamente, los templos fueron víctimas de la erosión, de varios terremotos y de restauraciones de dudosa calidad durante el gobierno militar. Sin embargo, aún sobreviven más de 2000 templos que hacen que el lugar sea esplendoroso y comparable con Ankor Wat en Camboya. 


Bagan, más de 2000 templos 


Pagoda Shwesandaw

La diferencia está en que aún hay pocos turistas y es un placer recorrer la zona en bicicleta descubriendo los diferentes santuarios. Claro que el placer no podía ser tan grande porque con cuatro adolescentes muertos de hambre la necesidad de encontrar un restaurante primaba sobre el atractivo turístico, y sabiendo que no podíamos comer en cualquier parte para no correr el riesgo de enfermarnos, no fue fácil encontrar un sitio en donde almorzar.
Todavía no hay muchos turistas

Sin embargo, es definitivamente un lugar que está entre los primeros de la lista de los sitios turísticos más hermosos  del mundo, y creo que el placer no durará mucho tiempo pues pronto será invadido por turistas.
Por último, después del recorrido arqueológico, histórico y didáctico, decidimos terminar en una playa llamada Ngapali en la costa del golfo de Bengala. Un lugar hermoso, muy poco frecuentado pues no llegan aún vuelos internacionales, pero con buenos hoteles y playas maravillosas. 


Ngapali, una playa espectacular
Ahí pudimos finalmente disfrutar de comida de mar deliciosa pero desafortunadamente, y como ocurre en todo el país, aún no están preparados para atender a los turistas. Muy pocas personas hablan inglés y a pesar de que la gente es sonriente y amable, los platos se demoraban horas en llegar. Allá si estuvimos completamente desconectados del mundo pues nada de internet, bancos o tarjetas de crédito. El único medio de pago era dólares, pero los billetes tenían que ser nuevos así que en un momento dado nos vimos en apuros de dinero pues llevábamos billetes “usados”. Eso sí los billetes de la moneda local parecían las vueltas de un bus intermunicipal en Colombia.

De regreso a la India todo me pareció moderno y civilizado, y es así como finalmente uno se da cuenta de que todo es relativo en este mundo… 

Si quieren aprender un poco más sobre la historia de Myanmar les recomiendo la película "The Lady" sobre la vida de Aung San Suu Kyi y un libro llamado "From The Land of Green Ghosts: A Burmese Odyssey" por Pascal Khoo Thwe.