La India era un país que nunca estuvo
dentro del grupo de países que me llamaba la atención visitar y obviamente
mucho menos para irme a vivir. Era muy poco lo que yo conocía sobre este país.
Solo sabía que quedaba muy lejos, que era muy grande, muy poblado y muy pobre, y
que a la vez poseía una cultura milenaria pero de la cual nunca me interesé.
Supongo que cuando la distancia es tan
grande, y las posibilidades de viajar son tan remotas, uno simplemente pierde
el interés. Y heme aquí, pensando en ese proverbio que siempre le recuerdan a
uno las mamás: “Nunca digas de esta agua no beberé”.
Así que cuando decidimos emprender esta
aventura tuve que comenzar a estudiar y aunque aún estoy en Prekinder en lo que
al conocimiento de la India respecta, poco a poco voy descubriendo más cosas.
La India no es tan grande como parece.
El territorio es casi 3 veces el de Colombia, o un tercio de los Estados
Unidos, pero con una población de 1,220 millones de personas, la densidad es
enorme (9 veces la de Colombia y 11 veces la de Estados Unidos).
Hay gente por todas partes, y por ende mano de obra barata (no sé si es por la
ley de la oferta y la demanda o simplemente porque para ser felices no
necesitan tanta riqueza material…). Así que una de las ventajas de vivir
aquí es que es posible tener todo tipo de ayuda doméstica.
Rajesh, el jardinero |
Se imaginarán que para mi, que me quejaba tanto por el hecho de no tener ayuda en los Estados Unidos, fue un alivio saber
que las cosas iban a cambiar. Ya no solo podríamos tener una empleada en la
casa, sino además por primera vez en mi vida, un chofer!!!
Gaetan suponía que era una
exageración mía considerar imprescindible al chofer, pero ahora estando aquí,
tal vez haya cambiado de opinión pues para los extranjeros en Nueva Delhi, el
chofer no es un lujo sino una necesidad.
Los colombianos creemos que el tráfico
de Bogotá es un horror pero después de ver el tráfico aquí (y eso que no he ido
muy lejos…) nuestras calles parecen desiertas. Aquí las líneas que demarcan los
carriles no tienen ningún significado para los conductores, a tal punto que
incluso cuando no hay mucho tráfico, la gente maneja sobre la línea como si
fuera el indicativo del sitio por donde debe ir la mitad del carro. De manera que en una calle de “tres carriles”
pueden ir paralelamente un bus, dos carros, un auto rickshaw, dos motos, una
bicicleta y a veces incluso una vaca (o un elefante como el que pasó al frente de mi apartamento ayer). Entre más grande sea el vehículo, más
posibilidades tiene de avanzar, eso si a punta de pito. Lo increíble es que
milagrosamente, el tráfico fluye y no se ven muchos accidentes. Creo que el
hecho de que a pesar de todo las calles no tengan ni huecos, ni alcantarillas
abiertas, hace una gran diferencia.
Y todavía uno se pregunta por qué pitan tanto... |
Olvidaba mencionar, que en esa misma
calle pueden ir también unos tres peatones, solo que aquí son invisibles y
corren el riesgo de ser atropellados en cualquier momento pues la pocas cebras
o pasos peatonales que hay no son respetadas por los carros (a menos de que se
trate de una cebra de verdad…) y los andenes prácticamente no existen. Para
rematar, manejan por la izquierda, con el timón a la derecha y eso para una
persona como yo complica aún más las cosas.
El tráfico es entonces una de las
principales las razones por las cuales el chofer es prácticamente indispensable
pero además, a pesar de que yo pensaba
que aquí todo el mundo hablaba inglés, la realidad es otra. La gente de clase
alta habla inglés pero de ahí en adelante el inglés que hablan el resto de las personas es para mi casi incomprensible pues el acento es tan fuerte que a pesar
de que intento concentrarme al máximo cuando me dirigen la palabra, a veces solo logro
entender el 50% de lo que me dicen. Afortunadamente, parece que para los
americanos ese porcentaje es como del 70% así que tal vez no sea tan bruta para
los idiomas como estaba llegando a creer. Si uno trata de comunicarse con un
celador lo más posible es que la respuesta a “ha recibido correo para mi?” sea
“si me llamo Gupta”. Yo decidí que me
daba por vencida y más bien tenía que buscar un chofer que hablara bien inglés
para que me sirviera también de traductor.
Esta es la calle al frente de mi apartamento. Yo no lo vi pero mi vecina le tomó la foto |
Es así como contraté a Mohan. Me lo
recomendaron mucho y habiendo escuchado historias sobre la dificultad para
encontrar un chofer honesto, cumplido y respetuoso, decidí que tenía que
contratarlo de inmediato. El problema es que hasta ahora no hemos podido obtener los
documentos que nos permiten acreditarnos como residentes en la India y por
tanto no podemos comprar un carro. Así que me puse en la tarea de alquilar un
carro, que normalmente es una tarea muy sencilla en cualquier otro país. Sin
embargo, aquí en la India, dada la locura del tráfico, nadie está dispuesto a
alquilar un carro sin chofer pues consideran que ningún extranjero es capaz de
manejar en estas condiciones. Para que se den una idea, le pregunté
una vez a un chofer de taxi que quién tenía la prioridad en un round point y me
dijo que no sabía. Creo que la respuesta es que la prioridad la tiene el carro
más grande.
Puse entonces un aviso en Internet buscando
un carro sin chofer, y mientras tanto Mohan estaba descansando en su casa pero
recibiendo un salario. Cuando por fin recibí una respuesta de
un tal Omprakash, muy contenta contesté que por favor viniera de inmediato con
el carro para hacer el negocio. Al día
siguiente Omprakash llegó con el carro y a pesar de que era pequeño, lo único
que me importaba era poder tener un chofer de confianza, que me llevara a los
sitios que le pedía (y no que me dijera “yes Madam” y me llevara a un sitio
diferente) y que me sirviera de traductor cuando quería comprar algo o
comunicarme con el jardinero. Le pedí los documentos del carro y ni siquiera
tenía tarjeta de propiedad así que nuevamente le dije a Mohan que regresara a
su casa a descansar.Feliz con mi carrito |
Tres días después recibí otra llamada de
Amitkumar quien me trajo su carro y esta vez los papeles parecían en orden y sin
pensarlo más, decidí alquilarle su carro que es del tamaño de un Clio y por
tanto la prioridad para desplazarse o entrar a un round point es mínima. Pero
soy feliz porque Mohan sabe cómo llegar a los sitios a donde quiero ir, pues
aquí las calles no tienen los nombres escritos sino en el mapa y la numeración
de las casas no es en forma cronológica, sino de una manera que aun no logro
entender, y además gracias a él, logro comunicarme con el celador y con todas
las demás personas que creen que porque las saludo de forma cortés diciendo
“Namaste” y porque con mi color de pelo y de piel podría pasar por India del
norte, asumen que hablo Hindi fluidamente e intentan comunicarse conmigo.
Lo único que sé ahora es que
definitivamente Mohan me facilita la vida en este país y espero que mi
intuición no me haya fallado pues fue al único que entrevisté y sin pensarlo
dos veces lo contraté.
Nemaste, qué atafago!!!
ResponderEliminarMohan es la salvación. Ojalá salga tan bueno como pinta. Un abrazom Luz H
¿El chofer es de elefante? Eso sí entiendo que es imprescindible porque manejar ese animal sí debe ser un camello. Pero les recomiendo importar choferes de Transmilenio que es una especie de elefante ... pero blanco.
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